Los socialdemócratas y su papel en el resurgir de la ultraderecha.

Por Pedro José Madrigal Reyes.

Ante el avance de la extrema derecha en el viejo continente, con su discurso xenófobo de siempre, cabría preguntarse ¿cuál es la causa de esa circunstancia tan preocupante?

Recordemos que los socialdemócratas –centroizquierda- por mucho tiempo se han apropiado del electorado de izquierda, al punto que se les ha llegado a identificar con esa tendencia ideológica a la que en realidad no pertenecen; motivado en parte porque en un principio sus líderes eran de extracción proletaria, detalle que con el tiempo se diluyo en el aburguesamiento de la clase dirigente. Lo antes expuesto es la causa última de que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) –por ejemplo- haya adoptado políticas económicas encaminadas a la protección del gran capital y a una reforma laboral que deteriorará los derechos de su electorado.

Mientras la izquierda institucional sufre su crisis perpetua, los partidos ubicados a la derecha –Partido Popular (PP), por ejemplo- se han ido radicalizando y ubicado al inmigrante como sujeto a combatir (desde la UE) –extradiciones masivas, Centro de Internamiento de Extranjeros (CIEs), despojo de derechos elementales, etc.-. En este panorama ocurre el gran error político de la socialdemocracia, que no es otro que haber adoptado un discurso discriminatorio con los foráneos, con el objeto de ganar electores a sus contrarios. El gran ejemplo es lo que está ocurriendo en Catalunya de la mano del Partido socialista de Catalunya (PSC); y es que en algunas de las urbes de la comunidad –incluida Barcelona-, se ha prohibido el uso del Burka y similares, supuestamente para proteger la dignidad de las féminas pues según los promotores de la norma denigra a la mujer, una media profundamente populista con meros objetos electorales –las elecciones están próximas y el alcalde de Barcelona requiere reactivar al votante tras el varapalo sufrido en el plebiscito sobre la Av/Diagonal-, la medida aplaudida por sectores feministas sólo conseguirá ocultar el problema –la mujer que es vejada por su pareja seguirá en la misma situación con o sin velo-. A tener en cuenta que desde los órganos de poder se está creando un conflicto intercultural que de momento no existe.

Este discurso irresponsable, discriminatorio y electoralistas tiene a un único beneficiario, la extrema derecha; evidentemente que este fenómeno no es nuevo; es lo que ha ocurrido en otros países de la vieja europea; Austria, Holanda, Suiza, Italia, España, -en donde la ultraderecha posee importantes cotas de poder, gracias a la normalización del discurso xenófobo por las razones mencionadas- por citar algunos ejemplos. Hoy su gran víctima es el extranjero…, pero eso puede cambiar, la historia así nos lo confirma.