La mayor parte de la iglesia católica nicaragüense -especialmente sus dirigentes-, como las que salpican la geografía de este nuestro planeta, siempre se han plegado a las políticas de los poderoso, a las políticas de aquellos sistemas que le han requerido para someter a las masas y beneficiado por esos servicios, aun cuando se ha tratado de sanguinarias dictaduras que han exterminado a los pueblos bajo su yugo –apoyaron a Hitler, a Mussolini en Italia, a Pinochet en Chile, Franco en España, a Somoza en Nicaragua; etc.-; de hecho la excepción es un fenómeno difícil de observar. Tanto adoran el poder, que fueron de los más firmes aliados del somozismo…, y sólo cuando la derrota del títere del imperialismo norteamericano era inminente, decidieron alejarse para construir una vía alternativa a la de la revolución…, pero su objeto no era defender la integridad o la vida como esgrimieron, sino defender desde su púlpito, su condición burgués, apelando al “pecado” y a la salvación del “alma inmortal”. Siempre les fue útil aquello de que el dios judeocristiano prefiere a los pobre –Nicaragua es un pueblo profundamente cristiano-, a tenor de esa afirmación conviene preguntarse porque ellos no se cuentan entre los pobres, ¿Por qué no sienten temor del inevitable destino que les promete su dios?
En la actualidad y con las elecciones presidenciales a la vista; los señores de las sotanas han iniciado su particular campaña política, al punto que encontramos al Obispo Auxiliar Silvio Báez, afirmando que es “pecado” que le pueblo nicaragüense ejerza su derecho soberano de elegir a sus representante, que es “pecado” reelegir al Daniel Ortega, que es “pecado” porque eso convierte a nuestra sociedad en corrupta…; pero corrupta es la iglesia, corruptos son ellos que olvidan condenar o al menos amonestar al Obispo Mata que descarga toda las iras del “infierno” sobre la administración del GRUN, que incluso ha reunido a la oposición para que formen un frente común en contra del FSLN, o que desde su diatriba furibunda ha llegado a llamar al alzamiento armado -supongo que es su manera de proclamar y pedir paz y misericordia, ¿sabrá el significado de esas palabras?-; su corrupción moral se confirma con el modo de organización de la iglesia, el uso sistemático de tráfico de influencia, la defensa de pederastas –efebófilos dicen ellos-, la autocracia, el totalitarismo, y otras tantas características propias del mal que denuncian…
Este es el primer síntoma de que tendremos una campaña encaminada a infundir miedo en el elector, y están demostrando que ello –la oposición y la iglesia- recurrirán a todas las formas posibles de manipulación que estén a su alcance; urge entonces que establezcamos las bases de un laicismo efectivo, uno que impida a estos sujetos apelar a los miedos más profundos de sus feligreses, para conseguir la prevalencia de sus privilegios y modo de vida; aun cuando no muy lejos de sus casas el pueblo nicaragüense se ahogaba en la miseria, el analfabetismo, el abandono, la exclusión, y que solo han hallado respuesta bajo el gobierno del GRUN, del FSLN, y representado por el Comandante Daniel Ortega.
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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”
Comandante Carlos Fonseca Amador.
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