Por Freddy Antonio Narváez
Hace pocos minutos leí un artículo colgado en el Facebook por René Castro Salazar, Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, en el que de forma irresponsable insta a presionar a la OEA a dirimir un hecho del cual ni tiene jurisdicción ni es de su resorte resolver.
Luego de analizar la visita de Isulza a Nicaragua y consientes los ticos, que el informe programado para rendirse el día Martes nueve de Noviembre ante el pleno de la OEA, será lo que todos sabemos, que Nicaragua está amparada en los laudos Cleveland y Alexander, mismos que ratifican el tratado cañas-Jerez, que a su vez fue totalmente respaldado el año pasado por la Corte Internacional de Justicia en sentencia firme y ejecutoriada, y que la única solución viable no es, ni sacar al Ejercito Nacional de su territorio, ni detener el dragado del Rio San Juan, ahora intentan "victimizarse" frente a una imaginaria y usa la palabra "invasión militar".
Esto sería un exabrupto más de los ticos si no viniera de un alto funcionario del gobierno de Laura Chinchilla, de ahí que sea una peligrosa incursión en un lenguaje hostil, inusual de la hipocresía histórica de ese país que tira la piedra y esconde la mano.
Por ello es nuestra responsabilidad resaltar:
Nicaragua, como nación es de mucho mas vieja data que Costa Rica, tan así, que en la época colonial, esa nación dependía administrativamente de Nicaragua.
Los linderos naturales de Nicaragua siempre fueron más allá de la actual frontera; recordemos que Nicoya, la actual Guanacaste, era territorio nicaragüense, entregado precisamente por Jerez en el oscuro tratado ya conocido.
Nicaragua, contrario a Costa Rica, JAMÁS ha asumido una actitud expansionista, ni de agresión a sus vecinos, muy al contrario, a aportado a sus vecinos hasta los héroes nacionales de los cuales hoy hacen gala, comenzando con el cacique Nicoya, de origen nicaragüense, pasando por Juan Santamaría hasta llegar a sus glorias deportivas contemporáneas como las hermanas Pool, nacidas y criadas en este suelo, o sea tan nicas como el Río San Juan.
No ha sido Costa Rica, sino Nicaragua, quien históricamente ha invocado la solución de conflictos por la vía civilizada y ha mostrado respeto total a las decisiones de los altos órganos de justicia mundiales; contrario a ello, los "desarmados" costarricenses han invocado el TIAR como una velada amenaza a la paz que vive Nicaragua, como que si se tratara de venir a traer un dulce a un niño, dejando de lado, irresponsablemente, la historia de lucha y heroísmo de este pueblo que aun "vive, vibra y habla español".
Nicaragua vive uno de sus mejores momentos: paz, trabajo, inversión, manejo de la macro y micro economía que nos coloca en el despegue deseado, que en el corto plazo motivará a todos los nicas en el exterior a regresar a su patria a trabajar y buscar el futuro mejor. Lo saben los ticos, les duele a los ticos, les preocupa a los ticos.
Por ultimo, que esconde Costa Rica con este estéril alboroto:
1. ¿Que es un paraíso del narcotráfico?
2. ¿Que es parte de un plan global para desestabilizar a Nicaragua?
3. ¿Que es su última oportunidad para robarse el Río San Juan?
Doña Laura Chinchilla debe escoger, entre quedar como una nación agresiva y expansionista o retomar la imagen (falsa por cierto), de una Costa Rica pacifica y civilizada, ella tiene la palabra.
Solo resta decir que Nicaragua, al igual que en el curso de la historia, hoy nuevamente tiene la razón jurídica, histórica y moral.
A Nicaragua y sus gobernantes, esta es la oportunidad deseada para dejar en claro nuestra frontera del sur, no debemos aflojar el acelerador, es ahora o nunca cuando debemos frenar el expansionismo tico de una vez y para siempre, mojonear es la solución, mojonear debe ser la meta.
Doctor Denis Moncada Colindres: usted ya es grande con la mesurada disertación que dejó por el suelo el alegato del embajador tico; ahora queda sellar el pomo, delimitar la frontera, mojón por mojón y se acabo la rabieta tica.
Mal haría Doña Laura Chinchilla si permite que se aplique como política de estado, acosar a nuestros compatriotas, esos 500,000 nicas que levantan la economía de Costa Rica son motor de su desarrollo, acosarlos, agredirlos, expulsarlos es sinónimo de escupir al cielo.
Doña Chinchilla, no olvide que el fuego quema.
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Comandante Carlos Fonseca Amador.
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