El caso del padre Eslaquit: la franqueza desbarata injuria mediática

El caso del padre Eslaquit: la franqueza desbarata injuria mediática

8 junio de 2010

Por Mario Fulvio Espinosa.-¿Pero cómo es posible que Amin nos haga eso?-¡Amin es de los nuestros! ¡Si hasta tiene una columna semanal en La Prensa!-¿Qué mosquito le picó para habernos hecho semejante traición?Tremenda ocasión de escándalo dio el padre Amin Eslaquit a los medios terroristas de la carretera norte, y todo por haber acudido a una asamblea en la que estaba el presidente Ortega y su esposa Rosario Murillo.Los perfumados manipuladores de ambos diarios se rasgaron las vestiduras desde la cruz hasta el rabo. De inmediato tuvieron reunión para tratar de hundir a Eslaquit y hacerle pagar su felonía, llamaron a sus sabuesos y les colmaron de instrucciones.“Primero que lo condenen sus propios colegas curas y después los “expertos en política y los sabios en religión”, ordenaron.Ni siquiera se acordaron de preguntar a Eslaquit porque había cometido semejante atrocidad. Hay que tirar a matar… Ya no es confiable. Hay que aplastarlo.A un chasquear de dedos los sabuesos salieron en barajustada.Primer objetivo: el beatifico obispo Polito Brenes. Éste, como siempre, alisó sus hermosos bucles y se echó una de sus acostumbradas ambigüedades. Dijo no tener la certeza si Eslaquit había respaldado a Daniel, ni si éste había ya declarado públicamente ese respaldo. Lo que si sabía es que Daniel había solicitado a Eslaquit un local donde hacer su actividad.Como los sabuesos lo acicatearan, el bueno de Polito aprovechó para echar agua a su molino, repitiendo lo que dice siempre: “Nosotros no queremos ocupar ni lugar en el Gobierno ni el lugar de los políticos, ellos tienen una misión y nosotros otra”.El problema con Polito es que cuando le conviene habla en tercera persona. Lo común es que entre jeremiadas y corintiadas siempre echa directas e indirectas contra los sandinistas.A pesar de ser la cabeza del catolicismo nicaragüense, jamás ha dicho nada de las andanzas políticas de sus oficiales. Entre estas las del coronel y obispo Mata, metido hasta las narices con los liberales de Montealegre y Alemán, queriendo ser juez y parte en las “primarias” y visionario de la guerra, puesto que vive viendo antisandinistas armados por todas partes.Otros obispos son abiertamente políticos. El que ahora recordamos es a Silvio Báez, quien no deja pasar ocasión para despotricar contra Daniel, y el ya “retirado” monseñor Hombach, gurú de la llamada oposición radical que aún mantiene resabios nazis anticomunistas.A todos estos curas las recomendaciones del Papa, en el sentido que los pastores de ovejas de alto coturno deben “una verdadera y profunda obediencia a Cristo y a la Iglesia”, parece que les entra por un oído y sale por el otro.“De hecho -dijo Benedicto XVI-, realmente nadie es capaz de pastorear el rebaño si no vive una verdadera y profunda obediencia a Cristo y a la Iglesia, y la docilidad del pueblo a sus sacerdotes depende de la docilidad de lo sacerdotes a Cristo”.Todo parece indicar que el pastoreo no anda bien ni en Nicaragua ni en el mundo. Muchos pastores -no todos- se han convertido en lobos de su propio redil. Todavía chorrea sangre con las tropelías de los curas pedófilos y pederastas, esos casos -a pesar de las condenas de Bendicto- han quedado en un limbo jurídico. Aquí la Conferencia Episcopal se hizo la sueca, no hubo epístola, homilía oficial, carta pastoral que hiciera referencia a eso.En el ámbito nacional, los pastores, unos de manera declarada y beligerante, y otros con sofismas ambiguos, hipócritas y aceitosos, son políticos. No obedecen a Cristo, pero quieren la docilidad de los creyentes.En el ámbito de algunos pastores evangélicos sucede igual. Estos hasta diputados tienen y no ocultan ambiciones de llegar a un mayor poder político, siguiendo según ellos el “camino cristiano”.Pero, en fin, como se supone que la gran mayoría de nicaragüenses son católicos, podemos decir que a “mayor rebaño mayor responsabilidad” cuestión que repetimos, han olvidado los jerarcas de la curia que se mantienen cuestionados.Que estos altos dignatarios lancen ahora “chifletas” contra Eslaquit resulta una acción propia de fariseos, una hipocresía flagrante que se multiplica a través del trabajo manipulador de los dueños del monopolio mediático de la prensa escrita.Todo parece indicar que la conjura contra Eslaquit ha fracasado, ante su declaración de ser un hombre libre con discernimiento propio.La franqueza desbarató la conjura y la injuria. Ya no hubo oportunidad de hacer entrevistas con la jauría de “expertos y sabios de la derecha” entrenados para morder a Daniel y a los sandinistas en cada acontecimiento oficial y para ver negro lo que es blanco.Los terroristas mediáticos volvieron rabo entre piernas a sus cuevas. No hubo oportunidad para títulos amarillistas ni de escatológico escándalo. Otra vez será.