Por Pedro José Madrigal Reyes.
Resulta que el pasado 9 de abril, en medio de la campaña internacional que tiene como objeto debilitar y destruir el logro que significó y significa la revolución cubana para los olvidados –no solo para los cubanos, sino para todos los latinoamericanos; fácilmente contrastables-, un grupo de contrarrevolucionarios fue increpado por simpatizantes de la Revolución cubana en el camino de Santiago. Los hechos ocurrieron cuando los “disidentes” se dirigieron al consulado cubano para efectuar sus acostumbradas provocaciones –no solo se reducen a la protesta, sino a la descalificación personal de todo el que simpatiza con la revolución cubana-, en tales circunstancias la respuesta de los que estamos en el otro lado ideológico no se hiso esperar y recibieron una respuesta igual de contundente, sin que se haya producido ninguna agresión física.
Resulta que el pasado 9 de abril, en medio de la campaña internacional que tiene como objeto debilitar y destruir el logro que significó y significa la revolución cubana para los olvidados –no solo para los cubanos, sino para todos los latinoamericanos; fácilmente contrastables-, un grupo de contrarrevolucionarios fue increpado por simpatizantes de la Revolución cubana en el camino de Santiago. Los hechos ocurrieron cuando los “disidentes” se dirigieron al consulado cubano para efectuar sus acostumbradas provocaciones –no solo se reducen a la protesta, sino a la descalificación personal de todo el que simpatiza con la revolución cubana-, en tales circunstancias la respuesta de los que estamos en el otro lado ideológico no se hiso esperar y recibieron una respuesta igual de contundente, sin que se haya producido ninguna agresión física.
Al calor de los hechos y del apoyo desde las esferas de poder, los agresores agredido, recurrieron al Defensor del Pueblo –no sé si estos son sus menesteres o simplemente lo han evadido en otros casos, quien no recuerda las cargas ilegales de los cuerpos policiales, la de los mozos de escuadra en contra de los estudiantes contra Plan Bolonya, por ejemplo- y al Ministerio de Asuntos Exteriores –el mismo que no responde nunca al respecto de los miles de extranjeros –no precisamente inmigrantes- retenidos en la fronteras, el mismo que no denuncia con la misma contundencia las políticas de EEUU –la cárcel de Guantánamo que sigue allí, el mismo que guarda silencio cuando Israel o la OTAN liquidan inocentes, el que calla ante el atropello de los derechos de los saharauis, etc.-. El motivo de la queja elevada a las instancias mencionadas es que según ellos la Embajada y los Consulados de Cuba organizan contramanifestaciones para neutralizar sus marchas –olvidan a caso que también existen los que nos organizamos en defensa de la Cuba y su legítimo derechos soberanos, los que defendemos a la revolución aun con su contradicciones (¿qué no las tiene?)-.
La respuesta de El Defensor del Pueblo, aun está por llegar, no así la del Ministerio de Exteriores, quien afirma que lo ocurrido será objeto de “un adecuado seguimiento”. Significa acaso que empezarán a vigilar las actividades de los grupos ubicados en el espectro de la izquierda…, ya lo estarán asiendo..., ¿acaso pretenden negar lo que es nuestro derechos?
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*Firma en Defensa de Cuba.
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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”
Comandante Carlos Fonseca Amador.
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