Tras las ingentes cifras inyectadas al mercado por las principales economías del planeta y ningún dato o resultado que nos indique una recuperación económica; observemos que se ha caído en una especie de retroalimentación positiva -a mayor capital inyectado, mayor desplome de los índices económicos-. Al punto que se rumorea –lo que inquieta aun más a los mercados- que varios países van a dejar de proporcionar capital definitivamente, debido fundamentalmente a que las ayudas –rescate total- al sector financiero ha vaciado las reservas monetarias, incrementado el déficit, aumentado la deuda, y sin embargo la crisis persiste…
Para entender este comportamiento cabría que observemos lo que ocurre a la primera economía –EEUU-, la que debería de estar a la vanguardia de la recuperación, pero que aun hoy sigue sin resolver la causa última del huracán financiero, me refiero al desplome del mercado inmobiliario que aun se encuentra en caída libre, al menos es lo que se deduce del descenso del 27,2% de las ventas de viviendas de segunda mano en EEUU.
Entendamos que el agujero financiero es enorme -5 trillones la última vez que lo leí-, sin embargo los datos negativos no se deben enmarcar en si las grandes cantidades de dinero proporcionadas por los estados son o no suficientes, sino que debemos de atender al hecho de que el capitalismo tiende a concentrar la riqueza en unos pocos individuos y despoja a los demás de la posibilidad de disfrutar del plusvalor –riqueza- generado… En este sentido, si creamos un paralelismo con la Gran Depresión –el referente-, veremos que en contexto histórico, la clase media –estadounidense, europeas, etc.- de la época era un numero mucho más nutrido y solvente…
Así pues, la causa real de la persistencia de la crisis financiera es el sistema mismo, derivada de la aplicación del Darwinismo Social a través del neoliberalismo, que ha reducido al sujeto de clase media que es en el que se apoya el sistema-; es decir, al haber convertido a los ricos en más ricos, a la clase media más pobre y a los pobres en olvidados; sembraron la semilla definitiva de su destrucción.
Así que no nos equivoquemos, esta no es una crisis de confianza…
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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”
Comandante Carlos Fonseca Amador.
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