Por: Silvio Palacios.
Casa de Sandino en Barcelona.
"A los estudiantes y a los intelectuales, debido a su procedencia de clase que les permite el acceso a la cultura, y a cierto entrenamiento en la formación de hábitos de estudios y de adquisición del conocimiento, se les facilita la comprensión teórica de las ciencias sociales e históricas. Pero, también, en esas ventajas para llegar a la cultura está su debilidad, porque al desligarse de la práctica de la producción económica y de la práctica histórica, la asimilación cultural queda trunca, incompleta, por su alejamiento abstracto del trabajo. Es una de las formas de las relaciones entre la práctica y la teoría. De aquí la necesidad de que se integren al ejército de los trabajadores, quienes por su situación objetiva se hallan mejor preparados que cualquier otra clase social para asimilar la ciencia del desarrollo histórico contemporáneo." Ricardo Morales Aviles.
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, conversó con Anna Caballé en la Biblioteca Francesca Bonnemaison de Barcelona, durante la presentación de su nueva obra “La Fugitiva”, este 7 de abril, desde que inició la presentación pude notar a un Sergio Ramírez poco elocuente, quizás desmotivado por la poca participación de lectores (no sobrepasaban los 30), o por lo cansado que suelen ser esos viajes por Europa, para presentar libros y de paso, atacar el proceso Sandinista que vive Nicaragua, esto último ya cotidiano de los intelectuales de la derecha nicaragüense, el vivo ejemplo de ello, también fue la escritora Gioconda Belli, quien varios meses atrás, con el mismo formato, presentó también un libro y aprovecho para lanzar su discurso furibundo en contra del Frente Sandinista.
Luego de la presentación y descripción del libro, sus personajes, de dónde nacen, y los bla bla bla que suelen tener estas presentaciones, apareció la pregunta rosa, Anna Caballé cuestionó al escritor sobre la “Ética” del comandante Daniel Ortega, Ramírez solo sonrió, y respondió que no cree en un personaje que viola la constitución.
Tras esa pregunta, se sobrevino un “análisis” sobre el artículo 147, lo que dio vida al momento demagogo de la actividad, raramente, no le dijo a los Catalanes presentes (y a uno que otro pinolero) que en 1995, él y su camarilla de 32 diputados, sin consultar al pueblo sandinista que los eligió, desertaron (traicionaron) las filas del FSLN, y fundan el Movimiento Renovador Sandinista, MRS, y reforman la Constitución Política que fue concebida en el seno de la revolución (que nació de un amplio consenso nacional) y escrita por el comandante Carlos Núñez Téllez q.e.p.d. en 1987 (Conocido como el padre de la Constitución Política Nicaragüense), hecho consumado de mutuo acuerdo con el grupo de la derecha que galopaba por Nicaragua en esos momentos.
En honor a la verdad, el compañero Pedro Madrigal, presente entre los asistentes, le hacia una réplica sobre el artículo mencionado por el escritor, al derecho de los ciudadanos a ser elegidos y elegibles, y claro, de la supremacía del soberano sobre cualquier ley plasmada en la Carta Magna, a lo que el escritor asintió y respondió:
“que gane Daniel, que se quede si acaba con la pobreza, que se quede hasta cuando quiera”.
Una de las expresiones muy conocidas de Sergio Ramírez y que repitió aquí es: “hace 16 años que me retire de la política”, expresión que se la cree solo él, quien aduce que ahora solamente es “escritor” porque en determinado momento se dio cuenta que tenía “mas lectores que electores”, a lo que me caben dudas, revisando su obra “Balcanes y Volcanes” dice: [De acuerdo con el antiguo concepto elitista que nos habían enseñado sobre la cultura, el rechazo a la contaminación política de la cultura presidía este concepto. Se fijaba un concepto cultural aislado de la política, como si la política fuera capaz de contaminar la cultura, cuando, por el contrario, la cultura es también una función política y debe existir como función política; esto es, como función revolucionaria de transformación, que entra dentro de todo el proceso de transformación de nuestra sociedad] planteando mis dudas diría: ¿Entonces Sergio Ramírez volvió a ese antiguo concepto elitista hace 16 años, cuando afirma que se alejó de la política? ¿El escritor cuando habla en contra del proceso sandinista, está ejerciendo su función política, como personaje cultural que es? Será qué en verdad cree que creemos que no es un personaje de la cultura, ejerciendo política, cuando él nos enseña que tienen la misma funcionalidad y cuando es muy “expresivo políticamente”
Se está volviendo fácil identificar en el ambiente cuando los intelectuales de la derecha nicaragüense nos quieren envolver con sus interpretaciones de lo que ellos creen sobre algún asunto (para eso están preparados), y se esta volviendo difícil encontrar intelectuales, en ellos mismos, que estén integrados como un solo bloque con el ejercito de los trabajadores, lo que en su momento nuestro héroe Ricardo Moraes Avilés ya procuraba dilucidar (véase del todo arriba), probablemente será, porque sufren un proceso de auto colonización, que los hace divorciarse del pueblo obrero y campesino, lo que el compañero Augusto Zamora explicó mejor aquí:
“El autocolonizado garantiza un dominio ideal. Nativos del país gobiernan y se encargan de perpetuar el control de la metrópoli, sin necesidad de tropas coloniales o de una represión continua. De la misma manera, nunca han faltado minorías intelectuales –o que se hacen pasar por tales- ni escritores ilustres que se convierten en portavoces, hoy como ayer, de los valores colonialistas. Los defienden con vehemencia desde presuntos criterios de libertad y modernidad, bien desde sus propios países, bien aposentados en los países ricos de cuyos intereses y valores son estandartes, punta de lanza y hasta candidatos presidenciales, que, de tan separados que viven de sus pueblos, suelen terminar derrotados” Augusto Zamora Rodríguez (Ensayo sobre el subdesarrollo, Latinoamérica, 200 años después - 2008)
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*Fotos:
1.- Sergio Ramírez y Anna Caballé.
2.- Silvio Palacios.
3.- Silvio, Sergio y yo.
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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”
Comandante Carlos Fonseca Amador.
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