miércoles, 27 de abril de 2011

Caso Joaquín Pérez Becerra.


Soy un firme creyente y defensor del proyecto encabezado por el pueblo venezolano y el compañero Hugo Chávez Frías; pues entiendo que se ha revelado como el motor fundamental del nuevo proceso que está ocurriendo en Latinoamérica, de hecho imprescindible para la expansión de la izquierda y del movimientos universal al socialismo –incluso, podemos definir el proceso por su solidaridad con los pueblos-; sin su participación la situación en los países involucrado hoy sería diametralmente opuesta… En ese sentido, los que militamos en la izquierda, esperamos que Venezuela y sus políticas constituyan en todo momento un ejemplo permanente -como lo es Cuba- de internacionalismo, absoluta determinación y voluntad de transformación; en definitiva, que rompa con las estructuras que encorsetan la voluntad de los pueblos, y que persiguen sistemáticamente a los sujetos que luchas por transformar la realidad social excluyente de la que son víctimas.

Igual entiendo que las razones de estado –como la paz, la estabilidad en la región, etc.- resultan en preponderantes, pero no a cualquier precio; así pues la deportación de Joaquín Pérez Becerra, resulta en un grave error que se ha cometido a pesar del revuelo ocurrido en el seno de la izquierda universal; recordemos que la misma ocurre en base a la activación de un “código rojo” a través de la INTERPOL, basado exclusivamente en una sospecha de pertenencia a las FARC, sin olvidar de que se ha demostrado de que Pérez Becerra no tiene ningún contacto con la organización referida más allá de la deducible mera simpatía –¿¿¿Acaso ese es un delito punible???-, por tanto, podemos asumir que las acusación vertida por el gobierno de Uribe y ahora por su sucesor, se basan en aspectos meramente políticos…

Cabe recordar que ANNCOL –medio de comunicación del que Joaquín es director, hoy censurado- es una de las organizaciones que ha denunciado la aparición de los falsos positivos, fosas comunes y demás violaciones cometidas por el gobierno colombiano en contra del pueblo desde los tiempos en que Santos era ministro de defensa; al punto de que hoy está considerado el medio de comunicación más importante de los últimos tiempos del estado colombiano; con unas 800’000 visitas diarias desde ese país, una cifra que no puede pasar desapercibidas para aquellos interesando en el control del pensamiento colectivo desde los medios de comunicación (Santos es propietario de importantes segmentos de estos medios de manipulación de masas.)

Desde mi óptica, se tenía que haber escuchado a las voces que pedían la no extradición, y exigir pruebas contundentes e irrefutables de las acusaciones que se le imputan, así como el absoluto respeto de los derechos e integridad física del compañero…

Nos toca hacer crítica y autocrítica de lo acontecido, y que la misma resulte en el fortalecimiento de nuestras convicciones revolucionarias…

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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”

Comandante Carlos Fonseca Amador.

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