sábado, 5 de junio de 2010

Lo que se esconde tras la masacre.

Después que hemos abordado reiteradamente el caso del ataque criminal a la flotilla de la paz por parte del ejercito israelí, y el intento desesperado del estado hebreo de justificar su deplorable acción ante la comunidad internacional y la opinión pública –haciendo acusaciones tan peregrina, como un supuesto ataque de los pacifistas que desmienten las imágenes, o las armas presentadas: tirachinas (huleras), palos de escoba, algún cuchillo-; sin embargo no justifica el abordaje de los barcos en aguas internacionales, una agresión mayúscula de todos los códigos legales internacionales… sin olvidar la tibia reacción de las “democracias” occidentales -¿Imaginen que esto se produce en China, Rusia, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, etc.?-. Más allá de estas consideraciones hay cuestiones que debe ocuparnos. ¿Por qué Israel realiza esta acción exponiéndose a una condena internacional?
La primera apreciación es que esa condena no se producirá por su alianza con EEUU y la UE, actores que se han apresurado a reducir –mediante sus declaraciones- la gravedad de los hechos; pero ocurre que la mayoría de las víctimas pertenecen a Turquía -miembro de la OTAN y único país del mundo árabe con el que mantiene unas relaciones que podemos considerar buenas- lo que pone en entre dicho las relaciones entre los miembros del organismo militar a tenor de la nula condena a los hechos –más allá del reproche-; y esto amigos míos, deteriora aun más el prestigio de los actores occidentales implicados hasta hoy en los procesos de paz de la región.
El segundo y más importante es que Israel buscaba desviar la atención de la opinión pública internacional del informe de la noticia filtrada por The Guardianque demuestra la vocación criminal del estado israelí- que ha hecho público que el estado sionista ofreció armamento nuclear al régimen segregacionista surafricano en 1975; el diario hace referencia a documentos secretos en los que se recoge que el entonces ministro surafricano de defensa -Pieter Willem Botha-, solicitó las bombas y su homólogo israelí Shimon Peres –actual presidente de Israel-, se la ofreció "en tres tamaños"(según el diario este término se refiere a tipos de armamentos: convencionales, químicas y nucleares.)
El diario asegura que ambos políticos firmaron un amplio acuerdo que incluía una cláusula por el que se declaraba secreta la propia existencia del documento; el que ha sido descubierto por el académico estadounidense Sasha Polakow-Suransky –luego de ser desclasificado por el gobierno surafricano- mientras preparaba un libro en torno a la estrecha relación entre los dos países, el documento es la prueba fehaciente de que Israel dispone del arma atómica.
El acuerdo de adquisición no llegó a formalizarse; sin embargo se sabe que Sudáfrica llegó a fabricar armas atómicas, gracias a la estrecha colaboración de israelí, como parte de la colaboración en materia militar que caracterizó las relaciones entre ambos en los tiempos del Apartheid; todo a cambio del uranio que suministró la Sudáfrica segregacionista a Israel, elemento determinante para el desarrollar de sus armas nucleares.
¿Cuál será la actitud de esos que vigilan por la no proliferación de armas nucleares, y que dirigen su mirada hacia Irán? -los mismos que no ven los paralelismos tangibles entre la realidad de oriente próximo, la Sudáfrica segregacionista y el nazismo-, ¿Actuarán con la misma beligerancia?

Otros datos a tomar en cuenta:

1.- Dieter Gerhard -ex jefe naval surafricano-, manifestó que existía un acuerdo entre Israel y Sudáfrica bautizado como Chalet consistente en una oferta por el Estado judío de armar ocho misiles tipo Jericó con "ojivas especiales", término que según Dieter se refería a las nucleares.

2.- Según los documentos publicados por el científico nuclear israelí, Mordechai Vanunu -quien trabajó durante años en Dimona-, Israel posee más de 200 ojivas nucleares en su central nuclear de Dimona que nunca ha sido sometida a inspección de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

3.- Israel nunca ha aceptado, la presencia de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica, en su lugar llegó a un acuerdo con EEUU, para que fuera personal de este país los que efectuaran dicha labor; todas las inspecciones deberían ser notificadas por adelantado.

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Comandante Carlos Fonseca Amador.

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