jueves, 16 de agosto de 2012

Integración latinoamericana por la fuerza común




La reciente inclusión de Venezuela como miembro pleno del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) no solo fortalece a esa entidad económica, la cual centra su actividad en las principales naciones del área austral del hemisferio.

De hecho, y cabe afirmarlo con total certeza, es acto que brinda el nuevo impulso a la integración de todas las naciones latinoamericanas y caribeñas, cuyo empeño esencial es fabricar la más estrecha unidad y concertación.

No se trata de retórica barata. Existe la clara tendencia entre las diferentes entidades integradoras regionales hacia fines cada vez más abarcadores, en el claro entendido de que, si bien persisten lógicas diferencias entre nuestros conglomerados humanos, son mucho mayores los factores de todo tipo que propenden a la convergencia.

En pocas palabras, se va confirmando la tesis de que hoy, con más certeza, todos los esfuerzos parciales en materia de integración, son partes y aportes al surgimiento definitivo del gran cuerpo que más tarde o más temprano debe cobrar forma definitiva desde el Río Bravo hasta la Patagonia.

Venezuela, en el seno del MERCOSUR, no es más que nueva puerta y renovado enlace entre las naciones de ese conglomerado austral con otras zonas y entidades como el Caribe o como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), por solo citar dos ejemplos, en cuyo seno Caracas desempeña también notable papel proclive a la unidad indispensable y urgente.

Lo decía el propio presidente Hugo Chávez cuando ponderaba el ingreso como miembro pleno de su país en MERCOSUR, al cual incorpora no solo considerable aporte material, sino además concepciones de avanzada en el terreno de la convergencia los cuales dejan atrás el limitado marco comercial que no pocas veces, y bajo otras circunstancias políticas regionales, se constituyó en el pivote de más de un organismo regional.

Chávez destacaba, además, como otro elemento fundamental, la ampliación hacia otras partes del continente que supone para MERCOSUR contar con socios de alianzas amplias y renovadoras como el ALBA, y con la trascendente actividad de cooperación con los restantes pueblos de esta, nuestra parte del hemisferio.

Por supuesto, para Cuba, defensora permanente de la integración justa, amplia y fuerte, y creadora junto a Venezuela en 2004 del ALBA, la presencia de Caracas en MERCOSUR es nuevo triunfo de nuestros pueblos en su camino de unidad.

Agredidos y cercados por más de medio siglo, defendiéndose permanente de toda suerte de atentados terroristas y económicos, para los cubanos asistir a la hechura del entorno geográfico progresista y firme es, sin dudas, premio de marca mayor.



por Néstor Núñez



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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”

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