lunes, 7 de marzo de 2011

“Izquierda”; el pensamiento secuestrado.


Toca hacer una análisis de la actitud de esos sectores denominados progresistas –en realidad no les considero izquierda- a propósito de la actitud crédula y sumisa ante la información suministrada por los medios de comunicación masivadesinformación- al respecto de los acontecimiento que se suceden en tierras Libia. Ocurre que en un primer momento se produjo una cascada de condenas al gobierno libio en base a datos que no han sido demostrado mediante pruebas efectivas que indiquen que esos relatos –acusaciones- son reales… Eso no impidió que incluso medios informativos alternativos manifestaran su inquietud, casi como un reproche, el que el Consejo de seguridad de la ONUun organismo profundamente antidemocrático que ni siquiera cuenta con representación africana (me refiero a miembro permanente)- no pasara de la condena en su primera reunión al respecto… En reunión posterior de ese órgano, se incluyó la posibilidad de la intervención extranjera, y entonces se ha desencadenado el discurso contrario en el seno de esa misma “izquierda”…

Esto nos debe de resultar en necesarias preguntas; ¿Por qué esa fragilidad del pensamiento crítico? ¿Por qué buen parte de lo que identificamos izquierda se plegó sin fisuras a las tesis de los consorcios informativos que al fin y al cabo son los laboratorios conductuales de los oligopolios y de las conductas imperiales de esos gobiernos autodenominados democráticos? ¿Por qué se ha reaccionado tarde en base a lo previsible de la pretensión de intervenir militarmente al país africano? ¿Porque nunca llamó la atención que no aparecieran pruebas de bombardeos –hoy desmentidos por las pruebas satelitales suministradas por el ejército ruso- ni los pilotos que supuestamente desertaron? ¿Por qué nunca llamó la atención de que las zonas sublevadas sean las petrolíferas y que los pozos estén a pleno rendimiento? ¿Por qué…?

La verdad es que me cuesta entenderlo, y solo me lo explico en el secuestro del pensamiento, en que ese pensamiento está intoxicado por valores que no proceden de la izquierda, que buena parte de nosotros estamos permeados por el dogmatismo que emana de instituciones antidemocráticas y disfuncionales como la ONU y el Consejo de seguridad; o simplemente, esa parte de la izquierda trabaja a reacción de atropellos, y por lo mismo es incapaz de anticiparse a los hechos… Y no es que no se tengan referencias al respecto; de hecho, lo acontecido recuerda al conflicto de los Balcanes -hay un patrón de enfrentamiento entre las etnias libias, es mejor dividirlos para tener acceso a sus recursos; el argumento de siempre-. En fin parece que esa "izquierda" y "medios alterativos" han caído voluntariamente o no en la vieja trama imperial de la confusión y el engaño, indisolubles de las guerras…

Evidentemente que el apoyo que damos al hermano pueblo Libio en calidad de revolucionarios y militantes de la izquierda, no implica que no atendamos o pidamos explicaciones a Muamar el Gadafi por aquello del abandonó del socialismo –especialmente en el plano económico- para incursionar en eso que se ha dado en llamar La Tercera Vía. Un planteamiento que es reconocible porque su funcionalidad se comporta como una forma de capitalismo dependiente –igual que ocurre con China-; y es que esa vía, siempre, siempre está intoxicada por el capitalismo, del mismo modo que ocurre a la socialdemocracia; al adoptar este planteamiento, una nueva generación de libios –por la falta de continuidad en los valores revolucionarios que dieron lugar al nacimiento de la Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista- no se identifico con ese nuevo proyecto que a la postre ha genera descontento social…, que resulta en una buena materia prima para los conspiradores imperialistas. Recordemos que si las nuevas generaciones no se identifican con los procesos revolucionarios, las revoluciones acaban, y es precisamente lo que no ha ocurrido en Cuba o Nicaragua

En todo caso toca defender a Libia de la mano imperial que se cierne sobre ella, para que los libios puedan encontrar los puntos en común que les ha permitido alcanzar ese grado de desarrollo no visto en ningún otro país del continente africano, al que tanto han asistido…


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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”

Comandante Carlos Fonseca Amador.

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