El PSOE y su viaje al neoliberalismo…

Por Pedro José Madrigal Reyes.

Al margen de que los controladores aéreos sean un pequeño grupo de trabajadores cuyas características salariales están muy por encima de cualquier otro gremio, no dejan de ser trabajadores, no dejan de ser la parte más vulnerable de las relaciones laborales, no dejan de ser víctimas de las reformas económicas llevadas a cabo por el gobierno del PSOE que incites en las recetas neoliberales para salvar a la banca neoliberal que provocó una crisis neoliberal de la que somos víctimas… Igual que todos los demás gremios, solo que en este caso han tenido que recurrir a la militarizando el sector para reducirlos…

Destaquemos que el ejecutivo del PSOE se excedió en su funciones, al declarar “el estado de alarma” –recogido en una ley franquista de 1964-, ante lo que defienden como una “paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad" –una afirmación discutible desde cualquier punto de vista-. Así pues se ha sentado un precedente de militarización de un servicio civil, de represión, silenciamiento y distorsión de las luchas sociales, con el objeto de contrarrestar las luchas sindicales. Con el decreto, los controladores aéreos han pasado a estar bajo la dirección del ejército; o lo que es lo mismo, fueron convertidos en “soldados” durante unas horas, y su ausencia laboral implicaría la pérdida del empleo, así como la aplicación de leyes y disciplinas militares. Desde el colectivo se denuncia las medidas coercitivas empleadas para su reincorporación, a pesar de que un buen numero de ellos se encuentran en condiciones psicofísicas inapropiadas para el desempeño de su labor, derivado del hecho de haber rebasado el número máximo de horas trabajadas por año estipuladas hasta el viernes, día en que el gobierno –unilateralmente- aprobó un nuevo decreto que modificaba este punto -1670 ordinarias + 80 horas extraordinarias, cuando en el entorno europeo es de 1350 horas- así como la privatización del 49% de AENA y de la Lotería –una de las empresas más rentables del estado- que pasarán a estar en manos del sistema que ha generado la crisis económica de la que somos víctimas; revelándose como la razón y eje fundamental de su protesta, pues se encuentran ante la pérdida de su condición de empleados públicos…

Lo preocupante de este asunto es que los trabajadores, en su mayoría, han aplaudido las medidas autoritarias del gobierno -con el apoyo inestimable de los medios de comunicación, siempre al servicio de la patronal-, al punto que se ha generado un clima contrario a los trabajadores. Y es que nunca deja de ser trágico observar que el alineamiento capitalista de la sociedad en general y de la clase trabajadora, resulte en la condena del ejercicio de una “huelga encubierta” que ha afectado a menos de un 1% de la población –como podemos estar más de acuerdo con la defensa de derecho individuales que con los colectivos-, y que encuentren “razonable” o que no les produzca ninguna reacción en contra, las medidas que viene aprobando el gobierno durante los últimos meses destinadas a salvar a la banca, o el que se quiten la prestación por desempleo a los parados de larga duración, la bajada de sueldo a los funcionarios, el congelamiento de las pensiones, la pretensión de aumentar la edad de jubilación a los sesenta y siete años, la pretensión de abaratar la cuantía de las pensiones futuras, una reforma laboral para abaratar el despido y vaciar de contenido a los convenios colectivos, más las que están por venir.

El Gobierno del PSOE habla de los “intolerables privilegios” de los controladores, pero no nos dicen que esos están contemplados en el convenio colectivo vigente y en las normativas del sector, o es que ¿Desde su punto de vista hay leyes, normativas y convenios que son intolerables? ¿Por qué son intolerables los sueldos de los controladores pero no lo son los sueldos de banqueros, políticos y dirigentes empresariales, etc.? ¿No les resulta intolerable que el dinero público sea el colchón en el que aterrizan las entidades financieras tras la crisis?

El mejor resumen de las políticas emprendidas contra la clase trabajadora y que encierra una amenaza, es lo recogido en las palabras de Rubalcaba:

“... quien echa un pulso al estado, lo pierde”