domingo, 3 de octubre de 2010

NICARAGUA : Sobre “reelección”…

Por Pedro José Madrigal Reyes.

Como ya comenté en la nota escrita anteriormente –Sobre el artículo 147- se produce una reforma fundamental de la constitución política de Nicaragua sobre la base de la violación de todos los códigos deontológicos morales, éticos, políticos y legales; sobre la base del secuestro del poder político que el pueblo sandinista otorgó al FSLN en las elecciones del 90… Una reforma que se inspira en el revanchismo de aquellos que al saberse derrotados políticamente dentro del sandinismo deciden abandonar las filas y formar los que pasaría a denominarse MRS -una formación política que tiene de sandinista y de izquierda lo que el capitalismo tiene de justo…- No olvidemos que la constitución –el tratado de convivencia social- refleja que el pueblo soberano tiene el derecho de elegir a sus representantes, pero ocurre que en esa reforma proyectada desde los despachos del ramirismo –una reforma burocrática hecha a espaldas del pueblo, a una constitución aprobada por todos los sectores sociales del pueblo nicaragüense- se decide usurpar ese derecho al pueblo mediante un artículo que coarta al mismo…
Ante esta disyuntiva, es decir, ante el conflicto surgido entre el derecho y el artículo regulador, la CSJ se pronuncia en favor del derechos –un principio de justicia y jurisprudencia universal-, validando la posibilidad -no sólo del Comandante Ortega, que antes debe de ser ratificado por la militancia del FSLN- de presentarse como candidato presidencial en las próximas elecciones a todo aquellos a quienes el artículo antes mencionado les negaba esa posibilidad y de paso el libre derecho de elección del pueblo soberano, situación en la que se encuentran un número importante de alcaldes –incluidos de la oposición-, por ejemplo.
La manipulación del dictamen ocurre cuando desde la oposición, organismos afines, medios de comunicación –de manipulación-, afirman que se ha producido una “reelección”, un hecho que a la fecha no se ha dado por dos razones lógicas: Primero, porque ninguna institución del estado tienen la capacidad de reelegir a un presidente, y segundo, porque la reelección sólo es posible cuando el pueblo soberano efectúa uno de sus más elementales derecho –el sufragio universal-; en mi opinión se trata quizás del único que tiene una cierta incidencia en la democracia representativa. Aquí debemos de incidir que el pueblo respaldará con su voto al FSLN y sus candidatos, si y sólo si aprueba la administración que el GURN –gobierno de unidad y reconciliación nacional- ha hecho de la cosa pública… O lo que es lo mismo, las elecciones en sí mismas son un plebiscito aprobatorio o no de esa gestión…
No obstante, cabría preguntarse, ¿en donde estaban todos los que hoy se ven como los paladines defensores de la constitución y el orden establecido por el neoliberalismo?¿En donde estaban cuando se incumplían los derechos humanos elementales recogidos en la carta magna?, ¿en donde estaban cuando los derechos del pueblo -derecho a la salud, a la educación, a no ser explotados, a no ser discriminados (como así me ocurrió por mi identidad política en demasiadas ocasiones, soy uno de miles de casos), a la igualdad entre hombre y mujer, a una vivienda digna, a estar protegidos contra el hambre, y tantos otros- fueron pisoteados por la clase política en el poder?
Entonces porque hablar de la defensa de la constitución y de una reelección que no se ha producido; ¿porque? Todo es reducible al hecho de que la oposición está huérfana de candidatos, de ideas y carece completamente de un proyecto convincente que atraiga al elector. Carecen de un verdadero proyecto político con el que el pueblo nicaragüense pueda llegar a identificarse. Tanto así que han perdido los tempos de la realidad de la sociedad nicaragüense, pues estiman que pueden llegar a ocupar el gobierno con el mismo discurso de los noventas –con ligeros cambios-... olvidando que el grueso de votantes sandinista responde a un perfil de ciudadano joven que no vivió ni la revolución, ni la guerra, y si la vivió no lo recuerda; por ende es improbable que el discurso recurrente del miedo tenga alguna eficacia en su inclinación política y finalmente electoral, son jóvenes que recuerdan con claridad los estragos que el neoliberalismo ha hecho en todo el engranaje social… Esos jóvenes somos nosotros…

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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”

Comandante Carlos Fonseca Amador.

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