domingo, 24 de octubre de 2010

“… hacer lo que hay que hacer…”

Hace relativamente poco tiempo he iniciado una buena amistad con el compañero ideológico, Carlos Antonio Fonseca Espinosa, rápidamente nos identificamos mutuamente puesto que ambos venimos de una extracciones social proletaria, somos parte de los excluidos –de Los Nadie dice Galeano-, ambos hemos sabido que es la pobreza antes que supiésemos el significado de esa palabra que encierra toda la miseria humana que puede emanar del capitalismo… Podemos decir que nos formamos y continuamos formándonos políticamente en la academia de la vida…; aquí les dejo la reflexión del compañero joven sandinista que ya es una promesa de futuro para esta nuestra causa…
De antemano gracias por tus palabras amigo mío, gracias por abonarte a la idea de que las profundas transformaciones sociales requieren de una necesaria revolución cultural, y que nosotros los militantes de la izquierda somos los que debemos de provocarla; sus palabras:

El pueblo debe asumir su responsabilidad, cada uno de nosotros debe entenderse como parte de la sociedad y constructor del destino social. Llegó la hora de la conciencia social, lo que de aquí en adelante hagamos será decisivo para el futuro nuestro y el de las generaciones, ya no hay cabida para decisiones guiadas por caprichos individual, eso sería otro crimen contra la humanidad.
Es necesario derrotar la idea de que las acciones políticas son de mero interés individual, es indispensable que entendamos que en política no actuamos como individuos aislados sino como miembros importantes de la sociedad. El voto, por ejemplo, pero también una marcha, una denuncia, una consigna o la asistencia silenciosa a un reclamo; deben de ser acciones de altísima conciencia, ya no podemos estar subordinados a las decisiones burocráticas, subalternas, coyunturales, focales, etc. Ya no es posible que asistamos a más traiciones  -como la de los intelectuales- dentro del seno mismo del sandinismo, traiciones al pueblo y a las causas que parieron al FSLN y la Revolución Sandinista.
El voto decidido por lo material que recibimos es una aberración. Por ello es nuestro papel iniciar profundas transformaciones en el modo de entender el desarrollo social, de transformar la cultura capitalista imperante, para poder crear una nueva visión del mundo, seguro que lo que les propongo supone una batalla larga contra la vieja cultura de la sumisión, de la dominación, del egoísmo, por lo tanto no puede ser evaluada con la superficialidad del día a día, por la táctica, por un hecho menor. Recordemos que la oligarquía taimada en la manipulación del pueblo desposeído, ducha en la protección de su sistema, evita a toda costa que el pueblo piense, actúe de acuerdo a las cuestiones que deciden el rumbo, por eso trata de confinar su visión a lo subalterno, a lo pequeño, lo que no es peligroso para el sistema. Podemos decir que un pueblo será libre cuando su conducta sea guiada por los grandes retos y no por las circunstancias de la cotidianidad. Cuando los desposeídos actúan sólo motivados por lo inmediato, están destinados a continuar siendo esclavos.
Las grandes hazañas de la humanidad están reservadas a los pueblos. La primera independencia fue posible por la grandeza de miras de nuestros próceres y por el pueblo que los acompañó en la empresa. Aquello no fue acción de mezquinos, el desprendimiento fue la norma, empezando por MORAZAN que lo dio todo por su sueño, ahora se trata de conseguir la segunda independencia, la económica…
Nos acercamos a una etapa crucial para nosotros, el 2011 decidiremos el futuro, si volveremos por los fueros del NEOLIBERALISMO o seguiremos por el camino de la redención, por el camino que imaginaran los héroes y mártires de nuestra Nicaragua. Es tiempo de construirnos a nosotros mismos, a un pueblo, a una sociedad ejemplo para el mundo.
Es necesario preparar el triunfo desde ahora, sin fantasías ni retórica vacía, sin discursos huecos que repiten como una letanía, mientras la realidad va por otro camino. Es importante, crucial, analizar nuestras debilidades y nuestras fortalezas, sólo así labraremos desde ahora un triunfo a la altura de la promesa que representamos.
Como me dijo el compañero Pedro Madrigal:

“… la revolución tiene que crear una revolución que vaya más allá de las armas…”

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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”

Comandante Carlos Fonseca Amador.

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