miércoles, 21 de julio de 2010

EN NICARAGUA SIEMPRE SERA 19 DE JULIO

A treinta y un años del heroico triunfo de la Revolución Sandinista ocurrida el 19 de julio de 1979, es oportuno hacer una breve remembranza de ese hecho histórico que marcó el proceso de emancipación de nuestros hermanos nicaragüenses; el cual se vio asediado por la agresión estadounidense en mancomunación con la oligarquía de Nicaragua. Pero nuevamente, por la vía electoral, se retoma loablemente ese camino con el triunfo del FSLN en el año 2006, de la mano de Daniel Ortega como líder indiscutible de ese proceso de liberación y autodeterminación de su pueblo.
La Revolución Sandinista comenzó a gestarse cuando un grupo de universitarios a inicios de la década de 1960 deciden fundar el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN); precisamente, el FSLN fue fundado en 1962 por los estudiantes universitarios encabezados por Carlos Fonseca, Silvio Mayorga y Tomás Borge. Este movimiento guerrillero surge como consecuencia y respuesta a una de las dictaduras más deplorables en la historia de América Latina: la de los Somoza. Estos líderes cayeron en combate a mediados de esa década, por lo que la lucha se reinició en el mes de mayo de 1979 cuando los sandinistas anuncian la rebelión haciendo un llamado general a la misma. En esta ocasión, la estrategia funcionó.

La Guardia Nacional no logró controlar la situación y los combatientes sandinistas se apoderaron de numerosas zonas del país. Se originaron cruentas batallas en las principales ciudades. Pero los aviones de la Guardia Nacional bombardeaban inmisericordemente los barrios en los que la población apoyaba a los sandinistas. Pero finalmente el FSLN hizo su entrada triunfal a Managua el 19 de julio de 1979, derrotando de tal manera la dictadura somocista. Es de oportuna necesidad señalar cómo los sandinistas recibieron Nicaragua. Un país sumergido en la pobreza, un alto índice de analfabetismo, deficiencia en el sistema de salud, la riqueza concentrada en pocas manos, tierras ociosas en manos de los somozas y sus allegados, y un sin número de problemas sociales y económicos.
De inmediato el país se encaminó hacia la reconstrucción nacional a pesar de una enorme deuda heredada por el somocismo de aproximadamente 1.600 millones de dólares. Sin embargo, en materia educativa se implementó un plan de alfabetización nacional. En tiempos de la dictadura de los Somoza el analfabetismo era del 50%, pero a mediados de 1980 ese analfabetismo se redujo considerablemente al 13% basándose en la consigna: "el pueblo educa al pueblo". Esto se logró gracias a que se incrementó el presupuesto en educación y se aumentó grandemente el número de escuelas, profesores y estudiantes. La asistencia sanitaria pública se extendió por todo el país; se crearon hospitales y muchas clínicas, las campañas de vacunación contaban con la colaboración de brigadas de voluntarios y de esa manera la población iba percibiendo el beneficio del nuevo sistema dirigido por los sandinistas.

Pero la Revolución Sandinista prontamente se enfrentó con un lastre: la férrea oposición de los oligarcas y de los Estados Unidos. Esta piedra en el camino de la revolución fue impuesta por la administración del ex presidente Ronald Reagan, quien financiaba a los contrarrevolucionarios, de ahí el nombre, La Contra. La administración Reagan alentó los esfuerzos para desquiciar la economía nicaragüense.
A causa de esa “agresión terrorista”, los Estados Unidos fue condenado por el Tribunal Internacional de Justicia a pagar una deuda por daños ocasionados al pueblo nicaragüense. Pero lo que también es lamentable, es que a mediados de la década de 1980, debido a la agresión norteamericana, el gobierno sandinista se vio en la obligación de desviar fondos destinados a programas sociales y económicos al presupuesto de defensa. Ello significó otra dificultad para que se consolidara la Revolución Sandinista. El gobierno de Daniel Ortega, dando muestras de apertura democrática, permite que participen todos los partidos de oposición en las elecciones del año 1984, pero la oposición financiada por la administración Reagan pretendió a toda costa boicotear esas elecciones; sin embargo, Daniel Ortega logró el 65% el apoyo popular en las urnas. Después en 1990 se llevan a cabo nuevamente las elecciones, en donde la oposición aglutinó a 14 partidos políticos obteniendo un 55% de los votos y los sandinistas el 41%, quedando como ganadora a la presidencia la candidata Violeta de Chamorro.

Pero en el 2006, de nuevo, el FSLN llega al poder en elecciones democráticas igual que las anteriores y los destinos de Nicaragua los vuelve a dirigir Daniel Ortega junto al pueblo. Este momento es crucial para los hermanos nicaragüenses en cuanto a retomar aquella revolución boicoteada por el imperialismo. Ahora Nicaragua es parte de la ALBA. El próximo año son nuevamente las elecciones donde se presenta a la reelección el presidente Daniel Ortega y su principal adversario, el ex presidente Arnoldo Alemán. A 31 años de la Revolución Sandinista, el pueblo nicaragüense está próximo a decidir si continuar con la revolución o entrar a un proceso de regresión de conquistas populares.

Pedro J. Morales M.


Srio. de Organización CLS-FSLN
Miami Florida USA

2 comentarios:

  1. hay que mantener este legado que nuestros heroes y martires nos han dejado, una patria libre sin opresion hay que hacer que la lucha de nuestro ideales como Carlos Fonseca T, Sandino y demas combatientes no haya sido en vano, mantenernos firmes con valores, integridad y justicia. viva la revolucion y viva el FSLN! Apoyemos a nuestro cmdte. Daniel Ortega. hasta la vitoria Siempre. H.G

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  2. como nicaraguense, y como una joven Somoteña , me siento orgullosa de gesta historica en la que se enfrentaron nuestros conbatientes , que lucharon por la soberania de nuestra patria , por el valor, y por el triunfo de la revolucion popolar sandinista, esa revolucion que en la cual el protagonista fue el Frente Sandinista de Liberacion Popular, esos grandes hobres que lucharon por nuestros los ideales de Sandino, Carlos Fonceca, y tantos proceres que se enfrentaron a una dictadura y que gracias a ellos nos sentimos victoriosos, prosperados y en victoria... enpoderemosno de ese legado, y cumplamos los sueños de Sandino... HATA LA VICTORIA SIEMPRE.
    SIN UNA JUVENTUD DISPUESTA AL SACRIFICIO NO HAY REVOLUCION.

    ATT; M. L. A. D

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“El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario.”

Comandante Carlos Fonseca Amador.

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